Nocturne skins

Nocturne, un parásito dimensional terrorífico, se sintió atraído por el protofulgor y, al tomar prestado su poder puro, creó sin saberlo el primer colapso dimensional y al primer empíreo: Pyke. El protofulgor ha corrompido su aspecto, aunque esto no impide que Nocturne quiera seguir experimentando con él para buscar la forma de saciar su apetito.

Como el miembro más antiguo de los Aspirantes, Nocturne se conforma con liderar desde las sombras, pues hace mucho que renunció a su forma física a cambio de aliento de vida puro. En las catacumbas, custodia celosamente el inmenso pozo de Aspira que la congregación ha ido llenando durante siglos, trabajando a destajo en el arma impía que pondrá fin a los Neverghaast de una vez por todas.

No en todos los casos el renacimiento hextech llevó a innovaciones brillantes. Un experimento clandestino para fusionar tecnología hextech con energías demoníacas ocasionó una pesadilla viviente. Se rumorea que un depredador acecha en las calles y callejones de la ciudad. Las autoridades informan de que cualquier creación de esta naturaleza habría sido eliminada junto con cualquier proyecto de este tipo, y que los informes de personas desaparecidas, por supuesto, no guardan ninguna relación.

Los cadáveres de los dioses antiguos nutrieron la tierra y, con los años, es posible que el Bosque ancestral creciera hasta cubrirlo todo... Al menos durante un tiempo. Pero los dioses nunca llegaron a estar muertos de verdad y, con la reaparición del aquelarre, uno de ellos se ha alzado de nuevo: Nocturne, la Pesadilla Eterna.

En sueños, una gran sombra se acercó a la reina susurrando promesas de poder e infamia más allá del alcance de los mortales. Con la tercera visita, la reina liberó a la sombra en el mundo real... y, sin duda, esta iba a cumplir sus terribles promesas.

La peor de las pesadillas en forma de metal orgánico: está al acecho, observando y esperando el momento adecuado para sumir toda la existencia en la oscuridad eterna.

Nocturne encantado estaría menos encantado sin esos enormes brazos como cuchillas.

En algún lugar, escondido entre las descomunales capas de hielo, acecha un ser demoníaco que se alimenta del miedo que inunda a los necios que osan entrar en sus dominios.