Brand skins

Si la destrucción de su reino dañó enormemente a Brand, convertirse en empíreo acabó quebrándolo por completo. Para él, el hecho de ser el único superviviente de su reino y recibir los poderes de una deidad no son más que una prueba de que nada importa. Podría prenderle fuego a todo el planeta o matar a todas las versiones de su padre. Todo es anárquico, y Brand se alegra de poder desatar la anarquía, aunque puede que más de la cuenta.

Un fuego fatuo con un estilo de lo más explosivo. El arte de Brand consiste en aceptar el poder interior de uno mismo y dejar que estalle por todo lo alto (¡en sus obras abundan los signos de exclamación!). Es famoso por usar la destrucción como una herramienta poco convencional con la que crear preciosas imágenes, como manchas de ácido, asfalto agrietado y, cómo no, fuego.

Brand, eterno rival de Maestro Yi, posee una cadena competidora de hoteles de gama alta y se los puede ver discutiendo en cualquier gala que los tolere. Sus trifulcas son legendarias..., aunque el daño a la propiedad por sí solo asciende hasta las decenas de millones.

Con un traje personalizado abrasadoramente elegante cuyo diseño quemó, Brand se encuentra al borde de algo que creyó fuera de su alcance durante mucho tiempo: derrotar a sus rivales y convertirse en uno de los mayores aristócratas del mundo.

Brand, intoxicado con el poder sobre la vida y la muerte que recibió del dragón eterno, siembra la muerte y el caos por el reino. Ahora que su dragón benefactor se ha retirado de los asuntos de los mortales, tan solo alguien más bendecido por los dragones podría enfrentarse a la devastación que Brand va dejando a su paso cuando hace ostentación de su poder.

Durante los primeros días de la civilización, Vel'Koz eligió a un hombre llamado Kegan Rodhe para entregarle el manto de la primera luz celestial, lo que le otorgó grandes poderes divinos. Pero han pasado miles de años desde entonces y, aunque Rodhe ha desaparecido, su cuerpo sigue vivo gracias a la luz, rebosante únicamente de dolor y rabia.

Brand, el llameante jefe de uno de los juegos de acción más vendidos, no tiene intención de regresar a su máquina original. Prefiere ver el Mundo de recreativa reducido a cenizas para que sea reconstruido a imagen y semejanza de los villanos que lo gobiernan.

Antes de su brote mutagénico, Brand fue un importante científico militar y fue responsable del desarrollo de un poderoso virus en lo más profundo de un centro del gobierno. Pero el mismo gobierno que lo hizo destacar entre sus iguales, decidió retirarle los fondos, lo que lo obligó a probar el mutágeno en sí mismo... con resultados catastróficos.

A Kegan Rodhe, un soldado de élite de una unidad militar dedicada a trabajos sucios, lo abandonaron tras las líneas enemigas, en lo más profundo y frío del ártico. Pero en lugar de morir, un grupo de científicos malvados capturó a Rodhe para llevar a cabo experimentos de una naturaleza tan brutal que terminaron convirtiéndolo en el diabólico villano crionúcleo.

Antes de la devastación de Runaterra, Kegan Rodhe era un especialista del equipo de salvamento que luchaba contra los focos activos de incendios descontrolados. Cuando estallaron las bombas, el mundo se desvaneció en un abrir y cerrar de ojos, y Rodhe pereció con él. Lo único que quedó fue un páramo vacío... y una criatura horripilante de llamas vivas que se hacía llamar Brand.

El páramo está repleto de peligros y no hay nadie mejor para resolver los problemas que Brand. Está claro que sus precios son algo elevados para no ser más que un matón glorificado, pero nada envía un mensaje de forma tan eficiente como una bola de fuego supernatural.